RECTIFY



Rectify es una de las grandes sorpresas del sector independiente. Nace en el seno de la productora Sundance como la primera apuesta del canal para entrar en el mundo seriéfilo. Es un producto muy arriesgado, porque no es comercial ni para el gran público. Está claro si vemos su audiencia durante las cuatro temporadas de su emisión. Es más bien, una serie de nicho, y como todas las series de estas características, son amadas para unos e inaguantables para otros. Creo que con ver unos episodios ya podrás posicionarte. Obiamente, si la traigo al blog, puedes deducir en qué grupo me encuentro.
Rectify cuenta la historia de Daniel Holden, que es acusado de violación y asesinato de su novia. Por ello pasa 19 años preso en el corredor de la muerte. Los sucesos ocurrieron cuando Daniel tenía 18 años. En su caso hay defectos de forma y una prueba de ADN lo exonera del delito de violación. A continuación es puesto en libertad en espera de un nuevo juicio.


Daniel Holden tiene que adaptarse a una nueva vida con su familia, tarea nada fácil, por el tiempo pasado, por resquemor dentro de la familia (algunos siguen pensando que es culpable), porque la familia también se ve comprometida con él y además tienen que hacer sitio a un individuo que llevan sin ver dos décadas.
Para Daniel será complicado entender un mundo nuevo, muy distinto al que dejó atraś, un mundo con nuevas formas de relacionarse, un mundo más tecnológico, un mundo más desconfiado del que vivió 19 años atrás.
Por otro lado, la fiscalía convencida de la culpabilidad de Holden, intentará buscar nuevas pistas, indicios o testimonios para incriminarlo. Paralelamente, en le pueblo también han elaborado un juicio y Daniel está marcado, nadie se siente cómodo con él.


 La serie, presentada esta situación, analiza como son las relaciones con una persona, que de alguna forma vuelve a nacer. Esto es lo maravilloso de la serie, ver qué pasaría, si literelmente tenemos otra oportunidad en la vida, aprender a vivir de nuevo. La serie trata en definitiva, de la redención y el perdón, de las segunas oportunidades y las rencillas o el odio, de las etiquetas y de la posibilidad de trascenderse a sí mismo, a las circunstancias que nos ha tocado vivir. También es capaz de hacernos ver que la vida puede ser una búsqueda emocionante o una huída hacia adelante, la importancia de los detalles, de entablar relaciones positivas y un sin fin de valores mas...
La narración se divide en dos épocas, una la actual, donde Daniel es libre y otra, con contínuos flashbacks en el corredor de la muerte y su relación con otros presos en sus mismas circunstancias, incluso se relata como Holden era un chico tímido que frecuentaba malas compañías y se había visto envuelto en problemas sólo por querer tener sentido de pertenencia con un grupo.


El trabajo que hace Aden Young (The principal), el actor que da vida a Daniel Holden, es simplemente fantástico. Parece que todo lo vive a cámara lenta, ensimismado entre sus recuerdos y su curiosidad. Para mí, llenar ese tempo, llenar de sentido sus expresiones y hasta de matices que hagan interesante al personaje, me parece magistral. Abigail Spencer (Suits), la actriz que da vida a Samantha, la hermana menor de Holden, está soberbia. Es importantísima para Daniel, tener a una persona que cree incondicionalmente en él. Es conmovedor ver la fuerza que le aporta y el cariño que le profesa. Sin su presencia sería muy difícil para Holden salir a flote, ella es una guerrera que nunca tiró la toalla. Comprometió a su pareja que es abogado para sacar de la carcel a Daniel, hasta que lo consiguió.
Todo el cast está rozando a una gran altura, y no debe ser sencillo encarnar esos personajes que se ven envueltos en una trampa. Unos personajes que tendrán que nadar entre la vergüenza y la posibilidad de abrirse a la fe, a un camino de redención y de curar los fantasmas del pasado.


Ray Mckinnon (Sons of anarchy), el creador de la serie, ha dotado a la misma de una bella factura visual, empezando por la fotografía y su composición, siguiendo por su atmósfera onírica en muchos casos sin necesidad de texto, solo de silencio y emociones. No trata al expectador como tonto, le exige atención y complicidad, para adentrarse en el pensamiento de los personajes, que a veces no expresan verbalmente lo que desean.
En definitiva, creo que es una serie muy buena y que además está respaldada por la crítica especializada. No sé la razón por la cual no ha trascendido más entre el público, pero os pido que le deis la oportunidad que se merece. Por mi parte nada más, saludos.


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