SOLANIN



Solanin es un manga de Inio Asano basado en las vivencias de un grupo de jóvenes japoneses que están en esa edad universitaria donde se plantean realmente que quieren hacer con sus vidas. Este grupo de jóvenes deberán confrontarse con la vida en una tensión que oscila entre la seguridad económica o realizarse como personas. Decidirán responsabilizarse de sus vidas o postergar indefinidamente decisiones que los infantilizan. Esta no es una elección sencilla y como veremos, tampoco está sujeta a una sola respuesta. Lo sabemos bien, porque no hay humano que no transite por este terreno alguna vez en la vida.
Meiko acaba de graduarse y trabaja en un negocio de fotocopiadoras donde se aburre soberanamente y vive sin ningún aliciente. Taneda, su novio, trabaja a tiempo parcial como ilustrador ocasional, pero su verdadero sueño y vocación es la música.
Todos los personajes viven desorientados. Quizás ese es el juego que nos propone el mangaka, un ambiente de incertidumbre en el que no hay una pauta, un modelo en el que poder verse. Estos chavales necesitan desinstalarse, porque la seguridad no lo es todo. Prefieren vivir improvisando, remontando sus miedos para ver la medida de sí mismos, aunque ello implique sinsabores.



Esta evolución de los personajes nos lleva a situaciones llenas de vitalidad. El relato en este momento llega a consistir en una búsqueda de aquello que nos hace felices y lo que entendemos por felicidad.
En el proceso, el autor del manga, que representa bien a esta generación, hace mención a ciertos códigos que han perdurado en la cultura nipona durante siglos. El deber del trabajo, donde antaño, los japoneses promulgaban una huelga trabajando el doble para producir excedentes, donde la lealtad a una tarea era casi sagrada y violar tal lealtad era meritorio de deshonor. Un código que contrasta con la sociedad de hoy, en la que un joven difícilmente se ve en un trabajo hasta la jubilación.
El título de la obra, es una canción que compone Taneda y a decir verdad, parece que no sólo la canción habla de despedidas y soledad, ya que visto de otra forma, todo el manga habla de cómo tienen que afrontar el drama cada uno a su manera, de forma que lo hagan solos. Llega un momento en la vida, que la decisión de cómo vivir, es una conversación con uno mismo. Si buscáis esos momentos en el manga seguro que los encontraréis. 



Uno de los mejores logros de este manga es el ambiente y el contexto. Pese a tener a una pareja principal y protagonista, es una obra coral, en la que todos los personajes tienen bastante profundidad y aportan siempre algo a la trama. Unas veces proporcionan alivio cómico y otras contrastan con Meiko y Taneda para dejarnos sutiles variaciones de sus sentimientos.
En el apartado gráfico, Inio Asano cumple con lo que demanda la historia. Para mi gusto, abusa un poco de imágenes reales tratadas por ordenador para los paisajes, edificios y demás; pero mirado en conjunto, aportan realismo.
Creo que es muy buena obra para todos los públicos a partir de 16 años, pero pienso que en especial, será una lectura muy recomendada para una franja entre 16 y 25 años. Por mi parte, nada más. Saludos.


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