BARON NOIR


Baron Noir es una serie francesa de temática política que actualmente consta de tres temporadas. Se ha dignado a traerla a nuestro país, dos años después, HBO España.
Traigo la serie al blog, porque el género político me gusta. Siempre me he declarado fan del Ala oeste de la casa blanca, pero esta era aún muy amable con ciertos temas y criterios, pese a ser una muy buena serie. Luego me enganché a House of Cards, incluso comentaba con amigos capítulos de temporadas. Había provocado un gran fandom sobre una intriga política. Una pena el final que ha tenido, oficial y extra oficialmente.
También me había gustado Borgen, la serie danesa, acompañando a Birgitte Nyborg a ser la primera ministra de Dinamarca. Esta, a pesar de que es muy buena serie, no podía compartirla con los amigos porque no la veían. Otra pena también, y eso que en los últimos tiempos, en general, nos está llegando muy buen material de los países nórdicos (Bron/Broen, Aber bergen, Forbrydelsen, atrapados...) pero parece ser que no engancha a las masas.
Baron Noir es Francesa, sí, y no tiene nada que envidiarle a House of Cards. Tiene ritmo, tensión dramática, incluso también tiene un punto maquiavélico y cruento que escapa a cualquier visión almidonada de la realidad.
 La serie cuenta como Philippe Rickwaert, teniente alcalde de Dunquerque, es derribado por el que ayudó a ganar la presidencia, Francis Laugier. Philippe quedará como una figura de gran éxito en el partido, pero de un cariz un tanto oscuro. Aprovechará sus contactos para volver a poner las cosas en su sitio.


Baron noir, parece en parte, un drama Shakespiriano. Los dos protagonistas están eternamente enfrentados por su pasado común que los obliga a negarse el uno al otro. Incluso posee algún tinte de tragedia griega, en la que se recuerda al votante, que la única verdad de la política, es su eterna mentira.
Puñaladas traperas entre un mismo partido, corrupción, abuso de poder, pucherazos electorales, gente en las calles... Baron noir pinta, por desgracia, un escenario muy conocido en este pais.
En este sentido, también me recuerda a The Wire, en el que la que se entiende que el sistema está corrupto de raíz y no queda más que hacer lo que buenamente podamos mientras practicamos la resignación. Pero claro, The Wire, es un lienzo de cinco temporadas y de Baron noir solo he visto una temporada de ocho capítulos. Solo resalto que tiene aroma y potencial.

 
La parte política está bien pensada, pese a no retratar la izquierda francesa, le recuerda como debería ser mediante los ojos de Rickwaert, un hombre que pese a los conflictos que pueda tener, sigue albergando ese ardor de la clase trabajadora, de la que los políticos socialistas ya se han olvidado hace tiempo.
Rickwaert, actúa como un taumaturgo que traerá el verdadero valor y convicción a la izquierda para persistir en sus luchas y en sus más profundos ideales. Es capaz de inflamar a las masas, de desplegar carisma, de convencer al mismo diablo, y... aún así, como espectador, puedes percibir el hecho de que en lo profundo, él no se cree a sí mismo. Sabe que no se mueve por convicciones.
Aun siendo testigo de muchas desgracias personales, sigue adelante en el teatro del mundo, experimentando ese vacío interior muy interesante.
La idea que vierte la serie, es que el político no gobierna, lo hacen las grandes empresas, los poderes fácticos y económicos. Hacen ver como la política de nuestro tiempo se ha convertido en una fábula en la que unos días, ingenuos de nosotros, nos creímos que los hombres podíamos escribir nuestra propia historia, que el poder real residía en el pueblo.
Los políticos sirven a unos intereses creados y se sirven de las causas populares, se sientan a llorar con los pequeños y se sientan a comer con los grandes. Se suelen hacer fotos para instagram y quedar retratados para los trabajadores.
Sin duda, un mensaje descorazonador, pero muy real. Yo la recomiendo, al menos la primera temporada. De las demás, habrá que esperar.

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