LAS AVENTURAS DE PRISCILLA, REINA DEL DESIERTO

Con motivo de la conmemoración del 28 de junio y que por ciclo en el blog, tocaba una de cine, he decidido sacar a la palestra una de las más celebradas cintas del colectivo LGTBI. Me refiero a Las aventuras de Priscilla, reina del desierto. Además, este año, se celebra el 25 aniversario de la película estrenada en 1994.

Una producción australiana de muy bajo presupuesto pero muy fresca. El elenco de protagonistas ya lo quisiera ahora una producción de Hollywood. Terence Stamp, y por aquel entonces, los poco conocidos Hugo Weaving y Guy Pearce. Ahora estos dos son estrellas muy cotizadas y Stamp ya lo era entonces pero le sedujo la idea de poder interpretar el papel de un transexual. Hoy en día esto sería políticamente incorrecto, optarían por un actor que fuese trans. En aquel entonces, había menos posibilidades y más prejuicios.

El colectivo no atravesaba por el mejor momento, en aquel tiempo se recrudecía la enfermedad del SIDA con una sociedad poco informada y concienciada. Sólo un año y medio antes, había muerto un icono en el mundo del rock y del colectivo LGTBI como Freddy Mercury y una de las películas que sobresalió ese año era Philadelphia, de Jonathan Demme.

La sinopsis se puede resumir brevemente, las andanzas de tres drag-queens (una de los tres era transexual) por el desierto australiano. No tiene más, ni tramas ni dramas raros. Es austera como el paisaje, libre de artificio, y aún así desprende una frescura y un buen rollo que te dejará una sonrisa incluso mucho tiempo después de su visionado. Lejos de semejar algo banal o superfluo, a veces frívolo, la película ahonda en esa vivencia cotidiana en la que los sueños están por encima de las heridas, a pesar de los sinsabores.

He elegido el filme, porque pienso que para recomendar su visionado es ideal para muchos tipos de espectadores. Congenia y llega  a mucha gente, por su sencilla, natural, divertida y al mismo tiempo tierna forma de narrar las aventuras de estas tres personas. No hace uso del habitual dramatismo que envuelve a este tipo de propuestas, regodeándose en los aspectos negativos y provocando esa sensación de victimismo maniquea. Tampoco busca la denuncia de por sí, sólo muestra lo que quiere contar aunque conceda alguna escena a un trasfondo que no se aborda pero subyace y convive con los personajes. Al contrario, esta película es una propuesta luminosa, valiente y dedicada a dar calor y color a los momentos más raros, difíciles y absurdos por los que todos atravesamos... (Soledad, abandono, incomprensión, miedo a no llegar a ser tú mismo...)

Lo que pueden parecer unas interpretaciones estereotipadas o arquetípicas, a mi modo de ver,  son sugerentes, porque en definitiva, son personas que se mueven por pura voluntad y hacen de esta, su forma de ser. Veo normal que cada cierto tiempo busquen reinventarse a sí mismas. A lo mejor no son lo que quieren ser, pero lo buscan decididamente. 

¡¡¡ ATENCIÓN, PUEDE ALBERGAR SPOILERS!!!

Para empezar tenemos a Adam/ Felicia, la mariquita malediciente, interpretada por Guy Pearce. La más descarada de las tres drag-queens. Con más culto al cuerpo y decidida a comerse el mundo pero que tendrá que aprender a templar sus impulsos.

Terence Stamp interpreta a  Ralf/ Bernardette, la diva. Transexual que accede a hacer la gira para olvidar la pena por la muerte de su novio. Realmente ya está de vuelta de todo pero también aprenderá algo en este viaje.

Hugo Weaving interpreta a "Tick"/ Mitzi, bisexual que miente a los otros componentes para hacer la gira, cuando su motivación principal es ver a su hijo por primera vez. Se esfuerza por aparentar el arquetipo macho hetero, con la intención de no ser rechazado por su hijo, pero se sorprende al ver cómo educado por la madre, el niño es capaz de ver todo con normalidad.

Tres patas para un banco. Me sorprende el elenco, porque el espíritu de la película es muy contrario a lo que luego en sus carreras podemos ver de los actores. Terence Stamp fue el general Zod en Superman, es decir, un icono cultural y casi siempre ha interpretado a personajes duros. Lo mismo pasa con Hugo Weaving que ha sido Elrond en el Señor de los anillos, V de V for Vendetta, Red Skull  en el MCU, Agente Smith en Matrix, personajes bastante duros. Guy Pearce, más de lo mismo. L. A. Confidential, Memento, El conde de Montecristo... Para más información esta es peli que catapultó a Pearce y Weving, aunque luego fuesen famosos por otros trabajos.

La verdad, el baile no era ninguna cualidad que poseyera alguno de los tres actores. Al menos, Guy Pearce era fisio-culturista. Es cómico, y a veces hasta da pena verlos, pero creo que es parte del encanto de la película. Esta decadencia que se junta con la decadencia de  unas gentes y paisajes áridos que todos podemos reconocer también en algún sitio de nuestra geografía, y no lo digo por los parajes australianos.

La fotografía, los paisajes, las puestas de sol, me han parecido muy bellas. En la actualidad hay técnicas y utensilios que podrían captar mejor esta belleza, pero me maravilló la forma de narrar la historia en esos parajes apartados, alejados y además con tintes oníricos. No los miraba de la misma forma en Mad Max o en Cocodrilo Dandee. Mención aparte merece la escena de la subida a la cima ataviadas con el traje de Drag-queen. Eso es casi la culminación de un sueño o de la película, que podríamos calificar también de road movie.

 

A veces, con la madurez, lo importante son las ganas de pasártelo bien y sólo la intención puede ser un punto ganador. Esta película también nos enseña esto, da igual lo que digan o cómo te miren, si realmente en tu vida has encontrado la forma de sonreír y pasártelo bien.

Terence Stamps, al que la interpretación de Bernardette le valió varios premios, no estaba contento con su papel, aunque acabó reconociendo que fue una de las mejores cosas que le han pasado en la vida, al preparar el papel e informarse, pudo experimentar por todas las dificultades de todas estas mujeres, que en algún momento se han cambiado de sexo. Por tanto, declaró que recibió una lección de vida.

¡¡¡ATENCIÓN, FIN DE SPOILERS!!!

Resumiendo un poco los puntos, podemos decir que Priscilla fue una película arriesgada, adelanta a su momento, que dignificó la pluma y volvió a poner de moda la estética drag-queen. 

Como podréis adivinar, por la temática y el cariz de la película no fue fácil obtener financiación y los sueldos de los actores estaban adheridos a la especulación con los beneficios. El presupuesto de la película fue algo mayor a 2 millones de dólares. Hoy en día no grabas con eso ni un capítulo de una serie.

 Consiguieron financiación también del estado australiano por fomentar los paisajes y el modo de vida autóctono. De hecho, si os fijáis, hay una diferencia de trato de los nativos del lugar o aborígenes que con los del pueblo que tratan con más malas formas. Stephan Elliott, fue al mismo tiempo el guionista y el director de la cinta. Tiene muchos de los ingredientes de una película primeriza, pero no lo es. La sorpresa es que, al final hizo una muy buena taquillla y todos quedaron contentos.

Os dejo también aquí la entrada que he hecho como colaboración el año pasado en el  blog de mi amigo Anxo Arca:

hedwig and the angry inch (La pulgada irritante)