EL CLUB DE LA BUENA ESTRELLA #marzoasiatico



Este libro lo traigo al blog porque es parte de la iniciativa de @magratajostiern en #marzoasiatico. Lo he terminado hace unos cuantos días, pero la vida sigue y el tiempo es relativo.

El club de la buena estrella nos cuenta la vida de cuatro mujeres en San Francisco que se reunen para jugar su partida de mah jong. Esa es la escusa para contarnos como han emigrado de China a Estados Unidos en medio de la época comunista.

A la muerte de una de ellas, Suyuan, su hija debe ocupar su lugar. Esta quiere independizarse y en un principio rehúye del  círculo que conforma el club de la buena estrella, pero a medida que va entablando conversaciones y vivencias, con las personas del club, va haciendo memoria agradecida de su pasado y de su cultura.

Estos son los libros que me gustan, los que me transportan a otro lugar por muy inverosímil que me parezca. Los acontecimientos de la vida de estas cuatro mujeres son cuanto menos realistas, pero lo envuelven de un aurea de misticismo y superstición propios de su cultura, que literalmente me llevan de mano de su imaginación.

Yo que soy hijo de emigrantes, he mamado desde pequeño esta idiosincrasia del estar continuamente obligado a adaptarme, en un principio al país extranjero (Suiza) y en segundo término a mi país de origen, cuando he vuelto.

Por otro lado podemos asistir a un choque cultural y generacional. Las cuatro madres que salen de China siguen aferradas al pasado, a las tradiciones y a sus supersticiones, son capaces de ver la vida por los posos del té, o dibujar las líneas maestras de la vida de alguien por el año de nacimiento. (Ahora bien, mola contar los años como los chinos) Pero de alguna forma, esto ahoga a sus hijas que viven otro tipo de circunstancias. Ellas ya han nacido en América, y aunque muchos de los chinos viven de forma que establecen una pequeña china en América, las generaciones más jóvenes, por lo general son más abiertas.



Además, las madres tienen muy mal genio, son rectas y estrictas. Aun recuerdo a mi madre cabreada llamándome por mi nombre compuesto, Emilio José, si me llamaba solo por mi primer nombre no tenía nada que temer, pero si lo hacía por Emilio José es que tenía algo preparado, o la zapatilla boomerang que si no te acierta a la ida, te acierta a la vuelta o la frase demoledora: "Sé que has sido tú, ¡vamos, canta!"  pongo el ejemplo de mi madre para no spoilear, pero más o menos.

Estas diferencias son importantes, pero a la postre, con el paso de los años, las generaciones se miran en un mismo espejo debido a ese imaginario chino. Y casi echo la lágirma cuando descubren la importancia de la sangre y las raíces. Entended, que para mí sea muy importante y me emocionase tanto.

Amy Tan utiliza de forma inteligente el lenguaje. Para la nueva generación utiliza expresiones concretas, desprovistas de florituras, en cambio cuando evoca a la generación salida de China, las imágenes proyectan un aurea muy especial. El lenguaje en este caso roza lo lírico.

Bueno, no cuento más, que es mejor leer a Amy Tan que esta reseña, como único punto malo, destacaría que a veces entre tanto cambio de personaje no me quedaraon claros todos, pero en fin, esto ya será objeto de una relectura para más adelante. Le puse 4/5 estrellas en goodreads.



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